Bolsas de patata

Y no hablo de snacks. Se trata de bolsas fabricadas con almidón, llamadas a sustituir a las tradicionales bolsas de plástico del supermercado.

En España se distribuyen anualmente más de 10.000 millones (has leído bien) de estas bolsas, de las cuales se reciclan aproximadamente el diez por ciento. Su producción, aunque barata en términos económicos, implica altos costes medioambientales: su fabricación requiere petróleo y genera emisiones de dióxido de carbono considerables; su largo proceso de degradación (décadas) integrará en el medioambiente cadenas poliméricas muy contaminantes. Esto las ha convertido en uno de los objetivos fundamentales de los grupos ecologistas, y ha generado diversas iniciativas gubernamentales orientadas primero a incentivar su eliminación y, posteriormente, prohibir su utilización.

Aquí es donde entran las bolsas a base de almidón. Cumplen los requisitos de las nuevas éticas ecológicas: tan resistentes como las de plástico, son biodegradables, reutilizables y compostables, es decir, pueden utilizarse como abono biológico una vez degradadas. Su fabricación tiene un impacto ambiental menor, y compensan el no ser reciclables con un periodo de degradación aproximado de tres meses. Pero no todo son ventajas en la sustitución del plástico por el almidón.
El producto final es mucho más caro y tiene un importante coste añadido, el uso de tubérculos, hecho que podría causar en el precio de las patatas un efecto análogo al de los biocombustibles en los cereales. Esta política afectaría especialmente a España, el mayor productor europeo de bolsas de plástico con 5.500 empleos directos dependientes de la actividad. Los productores de plástico ofrecen asumir los costes extra generados por la fabricación de bolsas de mayor calidad, tamaño y resistencia, pero las políticas institucionales parecen alejar cada vez más la posibilidad de una solución que satisfaga a todas las partes.

La naturaleza lleva tiempo pagando nuestros excesos, y poco a poco las facturas empiezan a extenderse también al hombre y ese estado del bienestar, ese ritmo insostenible que nos empeñamos en mantener. Tomemos la decisión que tomemos, el eterno debate Ecología Vs. Economía se plantea en un escenario en el que priman los grises y que nos dirige hacia un negro futuro. Quizás si quienes nos representan tuvieran un mínimo de sesera...

¿Qué sonaba? Baroness - Blue Record (Relapse, 2009)

3 comentarios:

Mónica Ezquerra Gutiérrez dijo...

con lo grandes, bonitos, cómodos y ecológicos que son los carros de la compra.
No se organizaban bien nuestras madres, abuelas...cuando llevaban aquellas bolsas de rejilla, aunque les cortara la circulación de los dedos si las cargaban mucho?
El progreso, el progreso....ejem.

Lobo Eléctrico dijo...

Las madres tienen cosas que sólo tienen las madres, entre ellas las pantuflas teledirigidas (te daban aunque dobalses la esquina) y las mentadas bolsas de rejilla, con capacidad para varios equipos de fútbol con utilleros incluidos.

progreso= os pego, rr

Mónica Ezquerra Gutiérrez dijo...

os pego, rr
qué capullo eres!
bien traido