
Ajeno al núcleo duro de la banda (Jagger/Richards), el bueno de Woody hace repaso a su trayectoria vital desde su infancia hasta los últimos pasos de los Stones, con un estilo narrativo sencillo y muy ameno que atrapa desde la primera línea y no suelta la presa gracias a las múltiples anécdotas que adornan el relato, nada pretencioso y alejado del espíritu enciclopédico de los libros de Bill Wymann, muy adecuados para mitómanos empedernidos del fenómeno Stone pero tubos infumables para el resto de los mortales. Ronnie entra en el pub, se acoda en la barra, pide una guinness y suelta carrete en un desternillante y a veces trágico desfile de personajes míticos, situaciones rocambolescas, momentos gloriosos y caídas en picado, sin pasar de puntillas por ninguna faceta de su vida. Ni sus pasiones por el arte, los caballos y el trabajo en estudio, ni sus adicciones al alcohol, la base y otras sustancias poco recomendables para la salud. Abriendo las compuertas, dejando que todo salga, sin espíritu dramático, narrada con ese humor que reinaba en la residencia original del clan Wood donde se crió junto a sus amados hermanos.
Hombre de familia, gran amigo de sus amigos, la fiesta y los músicos, si antes de leerlo sabías poco de él entenderás por qué despierta tanta simpatía. Guitarrista extraordinario, alcohólico empedernido, artista consumado, drogadicto recalcitrante, pésimo administrador, bribón con estrella, alma de ave fénix. Como todos los buenos, un poco (bastante) bala.
Memorias de un Rolling Stone ha sido editado en España por Global Rhythm Press
¿Qué sonaba? The Derek Trucks Band ~ Already Free (Sony, 2008)
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