Y para redondear la tanda estelar, aquí están los orígenes. Dudaba entre este y el I Am The Cosmos de Chris Bell, pero al final me he decidido por el que más puntos en común tiene con Big Star: tres canciones y dos de los miembros que dieron forma a #1 Record.
Hagamos un poco de historia: a principios de los '70, en Memphis bulle una escena de músicos más interesados en Beatles, Yardbirds y Kinks que en el rugoso soul autóctono facturado por Stax. Se reúnen y graban en los Ardent Studios, buscando nuevas formas de combinar sustrato Pop y energía Rock. Un cuarteto parece dar con la llave maestra. Son Thomas Dean Eubanks, Terry Manning, Chris Bell y Jody Stephens. Su planteamiennto es excéntrico, cardinal: melodías pastorales, arranques proto-hard, soul rock blanco y elementos progresivos. Registran 11 temas con los que podrían dar el salto, pero todo queda en agua de borrajas y se integran en nuevos proyectos. Las canciones pasan a los archivos de los estudios Ardent... y allí permanecen enterradas más de treinta años, hasta que el sello Lucky Seven las recupera en 2003. Inexplicable que nadie peleara por ellas antes. Impolutas miniaturas de Pop mayúsculo, preciosista y cristalino, cargadas de emoción y profundidad, con un extraño deje espiritual (aunque lógico si se atiende a la procedencia de la banda) que aporta un fantástico contraste con la pulsión de las guitarras. Sí, quizás el cóctel era demasiado variado para la época, pero saboreado con la perspectiva del tiempo desvela a una banda sin miedos ni limitaciones, cargada de talento, escribiendo su propio camino. Y legando gemas para deleite de las generaciones futuras. Dentro de mil años seguirán sonando tan frescas como en 1969.
¿Qué sonaba? The Drones - Havilah (ATP, 2008)
Break
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Ha llegado el momento de hacer una pausa y buscar una salida a la nociva
inercia en la que me encuentro sumido. Atrapado en el círculo vicioso de la
fal...
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