Let's Get Lost: La Larga Noche de Chet Baker (Bruce Weber, 1988)

Tras sumergirse Let's Get Lost es fácil entender por qué Bruce Weber y el resto del equipo de la producción concluyó esta totalmente devastado.  Retrato crepuscular de un artista que hizo temblar el reinado de Sinatra, el ave del paraíso conocida como Chet Baker, es esta una historia en la que el artista trata de hacer balance de su vida mientras, narcoléptico, se disuelve en un mar de metadona. Mediante recuerdos fragmentados, abandonado al gélido abrazo de las drogas, dibuja con voz vacilante un cuadro impreciso, nebuloso, que completan  sin ambages sus familiares y amigos. Sólo al nombrar a sus antiguos colegas  parece recuperar el pulso, y aún en estos instantes su mecánica lucidez resulta más inquietante que sus silencios. Sólo el dolor y los opiáceos acompañaron realmente en sus últimos años, a pesar del cariño que le dieron sus seguidores y la escena jazzística italiana. Una calidez que Baker recibe con tristeza, como si se tratase del recuerdo nostálgico de algo muy lejano. No supo, o no pudo, levantar el vuelo de nuevo. Sus alas rotas tiemblan a lo largo de este viaje en el que la única estación en ciernes es el final del trayecto. Devastadora.

Let's Get Lost ha sido editada en España por Avalon

¿Qué sonaba? Wayne Hancock ~ Viper Of Melody (Bloodshot, 2009)

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