Fresh Weekend. 02-03.07.2010 @ Aquapark, Cerceda

La apuesta, fuerte y original: plantear un festival en el que naturaleza y música electrónica de primer nivel se dan la mano en el recinto de un aquapark. El resultado, un exitazo. No puede calificarse de otra manera cuando la asistencia en esta primera edición rondó las 16.000 personas, tres veces más que la población de Cerceda. Musicón en  todo momento, muy buen ambiente, amplia repercusión en medios de comunicación y, para aquellos a los que les interesa, pase de la selección española de fútbol a la final del mundial. A más de un@ le costó bajar de la nube.
El viernes se plantea ajetreado, pues además de cumplir con lo personal hay que hacer kilómetros a manta, recoger provisiones por el camino, localizar la guarida, vender un par de bonos que nos sobran y prepararse para los rigores nocturnos. Galicia nos recibe con lluvia y, dado que no hay carpas sino escenarios, la cosa huele a Wet Weekend. Tras coger una buena chupa de agua y contemplar el dantesco espectáculo que ofrecen las zonas de acampadas (barrizales impracticables a estas alturas) corremos a resguardarnos en el escenario C, donde los chicos de Luciano llevan ya varias horas calentando al personal. Sea por el interés que despiertan los artistas del sello o por la climatología el caso es que esto está hasta arriba, y arriba se viene un Reboot pletórico, que huye de lo previsible para darle al sonido Cadenza una vuelta de tuerca más Tech, profunda y a los cojones que funciona. Sombrerazo para Kabale Und Liebe, el encargado de hacernos olvidar la petardada de Luciano: las pantallas del festival anuncian que problemas meteorológicos impiden al chileno estar en el festival. Habiendo hecho un show de media hora en la zona chill a las cinco de la tarde, KUL no desaprovechó la oportunidad de atacar las horas estrella del escenario C, quitándonos el mal sabor de boca con una buena aunque predecible sesión de Tech House, consistencia y populismo para una chavalería que a estas horas sólo pide mambo.

En estas Kowalski ya ha tomado el escenario B. Uno de los que nunca fallan para los amantes del buen Techno, su nuevo directo sorprenderá sólo a medias, pues la necesidad de renovación va más allá de incluir varios temas nuevos. Continúa agarrándose a los frutos de su éxito cuando llega el momento culminante, es decir, que se pone truchón truchón, cayendo en unos tópicos de los que debe librarse. Después, la gloria trocada en debacle: un Kevin Saunderson sin personalidad convertido en la mayor decepción del festi. Acudimos cual sedientos peregrinos del desierto en busca del maná divino de Detroit, pero recibimos una dosis de comida rápida, mal preparada y peor servida, sin dirección ni sentido, totalmente predecible y aburrida en muchos casos, indigna de uno de los padres de la criatura. Techno Minimalero del que pinchan en la disco de tu barrio, soniquetes más machacados que el puño de Bud Spencer y escaso nervio. A falta de ver en qué anda Juan Atkins ahora que recupera a Model 500, Derrick May parece ser el único miembro de la santísima trinidad que mantiene su personalidad intacta. 

Por los otros escenarios pululan un The Häcker que ni fu ni fa, y un DJ Hell muy esperado por nosotros que se convierte en la segunda decepción del día. Bastante descafeinado, se dejó llevar por el ambiente piscinero para facturar una sesión atípica, housera y poco excitante.  Los problemas técnicos (constante durante el festival) le hicieron cogerse un cabreo descomunal, y lo que debiera haber aprovechado para licuarnos la cabeza le indujo un estado de astenia en el que su sesión transcurrió sin momentos destacables. La primera vez que Helmut me falla, aún sigo perplejo. Con la lluvia todavía dando la tabarra, nos dirigimos al desbarajuste de horarios que es la carpa C mientras amanece sobre los eucaliptos... ¿Quién cierra? Julien Chaptal y Kabale Und Liebe haciendo un sólido mano a mano al que no se le puede poner pega alguna dado lo improvisado de la situación.


El sábado, la reventona del día anterior nos confina a pasar el día entre sábanas, legañas y zumbidos intercraneales. Zumitos y relax, así se resume el día hasta que llega la hora de salir de la hura. Muchas actividades interesantes hoy, comenzando por unos Âme en formato mono (sólo Frank). Su actuación, prometedora a priori, no caló entre el público y se diluyó en un House bienintencionado cuya escasez de mordiente aumentaba a medida que se hacía patente la desilusión de Frank. Poca entrega a ambos lados de la valla, así que nos dirigimos a la cita con Convextion para comprobar que casi todo el mundo está viendo el partido, que casi todo el mundo está en la puta parra. ¿Resultado? Lo mejor del festival para un petit comité de apenas cien personas, que recibimos como bendiciones las muy profundas y minimales esencias con que nos bendijo el tejano. Nada de alpiste para trendies ni truchismo verbenero, sino Techno Detroit poliédrica y excelso. Atmosférico, orgánico, melódico, ambiental y electrificante, pelín Dub a última hora, Convextion dio una clase magistral. Medalla de oro. 

Entre idas y venidas, gritos de júbilo por el pase a la final y misión de búsqueda para localizar a un rezagado se nos pasa un buen rato en el que vemos arrancar a Christian Wünsch (también afectado por problemas de sonido), vislumbramos fugazmente a un Anton Pieete sobre el que no puedo pronunciarme y aprovechamos para reagruparnos y recargar las armas. A estas horas perece que algunos escenarios comienzan a descuadrar horarios, por lo que las siguientes horas nos ven movernos cual anguilas de un escenario a otro para poder ver todo lo que queremos. Oxia arranca en el C manejando con tino los mando de una sesión caracterizada por las escasas sorpresas en la selección, muchos clásicos de producción propia que continúan levantando el ánimo de la afición. Fatima Haji lanza bombas sin ton ni son sobre el escenario B: escapamos a la carrera hacia el A, donde Krazy Baldhead con escasa parroquia cede los mandos a Justin Robertson. El británico, perro viejo en esto de pilotar audiencias, comienza tímido, tanteando al personal con sonidos abiertos, melódicos, hasta que toma el pulso de la audiencia y comienza a elevarla. House y Elektro son la base de una sesión muy fresca, dinámica y orgánica, de las más divertidas del festival. Incomprensible que se halle en esa gris franja de la escena destinada a enterados y diggers, pues su propuesta tiene todos los ingredientes para poner del revés un FIB, por ejemplo.


Dejamos a Robertson en su fiesta particular para ver a Reeko lanzar sus últimos pepinos (estos, con sentido) sobre el B, con los problemas de sonido haciéndole torcer el morro antes de que arribe Redshape. Otro esperadísimo directo que los técnicos se encargaron de estropear, para desesperación del hombre de la cara rojo. Tras una primera parte con constante cortes de sonido y pérdidas de potencia el PA se estabilizó, pero ya era tarde para un pase tocado de muerte. Desmotivado y remontando a duras penas, no brilló como esperábamos, a pesar de lo cual estuvo notable. Lo dejamos para una ocasión mejor y nos ponemos en manos de Guy Gerber, que sigue puliendo el directo que ya disfrutamos en el Electrosonic de 2009. Lo de este hombre es serio: Tech House expansivo, sobrio y directo a los pies, ideal para las horas estrella de la noche, cerrando la boca a los que (no sin cierta razón)ponen a parir todo lo que sale de la factoría Cocoon. Y en estas aparece un Steve Lawler que a lo largo de su set no nos quitará ojo, manteniéndose muy concentrado en la reacción de la gente y dándonos una sesión muy comunicativa, hedonista y accesible con la que se/nos encanta hasta culminar con un "I Feel Love" de Mistress Donna Summer que lanza los tensores de la carpa a las Cíes. Algarabía absoluta en la C, con la muchachada aplaudiendo a rabiar y el horario extendiéndose más de lo previsto, tanto que The Seekers aparecen más de una hora tarde sobre el horario previsto. Ningún problema en prolongar el cierre, al que el duo se aplica en un directo austero que sólo decae en un par de momentos (esos efectos que se iban de mano) Buena traca que final que me supo amarga al descubrir que los que vieron amanecer en la carpa D tuvieron segunda ración de Convextion, pues ocupó los minutos postreros de este espacio con otro segmento de directo no anunciado. ¡Me tiro de los pelos! 

Nos han quitado el Electrosonic, pero ya tenemos alternativa más que interesante en Galicia. Toda la anticipación fue para bien, y la organización ya ha emitido un comunicado en el que se valora la experiencia como algo muy positivo y que, dada la respuesta a esta primera edición, se consolidará en años venideros. Vente al norte, que se está freshquito. Hasta 2011.

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