The Godfathers. 21.08.2010 @ La Mar de Ruido, Avilés

Fin de semana antológico en Asturias. Fabes con marisco, pote asturiano, quesos de liébana, anchoas y ventresca cántabras, perros de excelente carácter, hospitalidad y la mejor compañía posible. Planes improvisados que salen redondos, aire libre, playa... y una llamada que nos propone acercarnos a Avilés a cenar, tomar unas sidriñas y ver un concierto "de un grupo inglés de rock & roll". Nuestro interlocutor no puede especificar más, aunque con lo que tenemos ya es suficiente para la pandilla que nos carbonizamos en la playa de El Sablón. Cual no será mi sorpresa al llegar a la civilización y ver los carteles de La mar de Ruido, festival en el que se encuadra la actuación de esta noche, protagonizada por... ¡The Godfathers y Willie Nile! ¡Mare, mare, mare! Me sincero: Nile me la suda, los padrinos no. Fueron mi oasis Rock en los yermos ochenta, una banda de cockneys rebeldes, contestones y ruidosos con los mejores juegos de guitarras de la década, una imagen gloriosa de la que aprenderían mucho Thee Michelle Gun Elephant y varios himnos generacionales atemporales. Premio para el Lobo.

Comenzamos la cena mientras Pablo Valdés y sus Crazy Lovers caldean el ambiente con buen rock canalla, elegante y pendenciero, perfecta sintonía para las viandas con que nos deleita la cocina astur. No hemos concluido cuando arrancan Coyne & Cía, y como no soy capaz de aguantar en el asiento dejo a comadres y compadres tenedor en mano para reunirme con esa turba que bombardea el escenario a ritmo de "Cause I Said So". Putos cabrones: veinticinco años de historia y siguen sonando tan blindados como el primer día, generando una onda expansiva incontenible con cada nuevo tema, conglomerado de llamas y metralla que explota en la jeta de la asistencia y el sistema como un obus del 32. El Rock no tiene poder para cambiar las cosas, pero con ellos la ilusión no parece tal. Peter es la imagen del "angry man" al que con tanta perfección describió en sus concisas letras; Chris, el gentleman de guante envenenado que le secunda con ritmos gordos como Deryck, el hermano malo de Roy Orbison, un muro de riffs de más de cien kilos; y Grant tras los parches, el deslenguado espíritu festivo entre tanto ceño fruncido. "Menudos cojones tiene el colega", le dedica Peter tras una de sus peroratas en macarrónico castellano. Cojones los vuestros, amigo, los demostrados sobre las tablas defendiendo sin réplica posible los clásicos de toda la vida, recuperando a The Creation para deleite de este humilde escriba ("How Does It Feel To Feel", ¡zas, en toda la boca!), reduciéndonos el cerebro a pulpa con un nuevo "Back Into The Future" bilioso, atronador, y cerrando con un "Cold Turkey" que, anacronismos aparte, Lennon escribió pensando en ellos. Tardó en llegar, pero el encuentro mereció la pena. ¡Larga vida!
 
No hay fotos, pero sí algo mejor. Disfrútalo.

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2 comentarios:

Mondongo dijo...

Ole, Ole! (sí, qué pasa, los pongo sin tilde porque los pronuncio así)
Si es que está demostrado que hacer planes sólo sirve para que se vaya todo al traste, pero también tengo que decir que tienes una suerte cojonuda, jodío! ;-)
Gran crónica nen, ya pareces el "fénix de los ingenios" o algo. Curioso que estuvieras escuchando a Violadores mientras escribías. No sé si sacar conclusiones... :D
Abrazos!

Lobo Eléctrico dijo...

joder mond, me sacas los colores. como me he puesto el sayo zángano y ahora hago pocas que al menos sean curiosas, no se merecen otra cosas ni ustedes ni los padrinos. me alegro de que las disfrute y agradezco su amable verbo.

PD: la suerte no existe, la suerte se hace ;)