"Todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral o engorda". Lo cantaba Rafael Amador al frente de Pata Negra, pero el ripio bien podría haber salir de la ácida pluma de Jorge Martínez.
Gracias a Mr. Gibson, amigo del alma e ilegal impenitente, consigo echarle mano al objeto de poder definitivo en la carrera de Ilegales: 126 Canciones Ilegales (Pop Up, 2009) Por lo general, no es bueno citarse con antiguos amores, pues la perspectiva que nos otorga el tiempo a menudo empequeñece las pasiones de antaño; por eso es un placer darse cuenta de que teníamos razón, aunque fuésemos jóvenes e ignorantes. Todas esas canciones, todos esos primeros discos cargados de himnos generacionales, siguen siendo metralla de primera, priápico material capaz de ponérsela dura a muerto y escandalizar a todos los neoliberales que pueblan el congreso. Porque Ilegales siempre fueron no tanto una banda popular (que también), sino una banda del pueblo. Malencarados, escandalosos, políticamente incorrectos, rechazados por los bienpensantes miembros de una Movida de lo más progre pero anclada aún en la carpetovenia paterna, incapaz de digerir el asalto frontal de Martínez y compañía, pura bilis sin suavizante ni coartadas intelectuales. Toda la carrera de estudio del grupo resumida en nueve CD's, en los que no incluyen ninguno de sus directos (ni el de 1986 ni el editado en su vigésimo aniversario) pero reúnen canciones raras de sus singles y maxis, así como descartes y temas no editados en su momento que ven la luz aquí por primera vez, como la maqueta del germen de Ilegales, Los Metálicos, y que suponen un gancho irresistible para los seguidores de siempre. Temas inéditos; una remasterización que sin hacer milagros (los estudios, técnicos y productores de la época no estaban preparados para ellos) aporta un brillo inédito que hace justicia a las grabaciones; y un libreto en el que el padre de la criatura contextualiza cada uno de los discos. Estos son los grandes atractivos de una caja que se ha quedado a sólo unos pasitos de ser el compendio definitivo para la carrera de los asturianos.
Hace poco asistimos a la última marcha de Ilegales. Por primera vez se presentan en una gira de esas que llaman de despedida, normalmente tediosas, interminables y patéticas rememoraciones de tiempos pasados, a todas luces mejores. No es el caso de Ilegales. Por mucho que Jorgito diga que ya huele a nicho, arrasaron como siempre; como siempre, la banda funcionó a un gran nivel; como siempre, apostaron por las nuevas canciones pero obtuvieron la mejor respuesta con sus temas clásicos. Quizás tenga sentido poner punto final a la travesía de un grupo que firmó hace ya mucho sus mejores obras, quizá sea el momento de emprender otras aventuras. Por eso consuela saber que Jorge seguirá lanzando granadas de mano al frente de Los Magníficos. ¿Qué surgirá de esta nueva aventura? Música honesta desde las tripas, de eso no cabe duda. Saludos, mamoncetes.
Puedes obtener más información en la web oficial de Ilegales.
¿Qué sonaba? Ilegales ~ Ilegales (La Casa del Misterio, 1982)
Puedes escuchar este disco en SPOTIFY
5 comentarios:
Aquí otro orgulloso poseedor de esa joya, sólo empañada por la exclusión de los dos directos, pero bueno, ya está bien con lo que lleva!
Dongo, Mon Dongo :))
Pues mira que a mi nunca me acabaron de molar? Ese es otro tema, claro, a vosotros sí.
Me has dejado con lo de priápico acojoná ! Ole, viva la riqueza lingüística
Ay majita! A ver si te crees que las gafas me las han dado en una tómbola. Muchos tomas han caído antes de llegar a tener estas dioptrías, y algún palabro de estos rarunos se me ha quedado. Eso, y la vocación claramente ilegal de todas mis acciones. Y a saber de dónde salió aquella cinta de "Agotados de Espera el Fin" que rondaba por el mueble/discoteca familiar...
Dan más caña que muchos jovenzuelos imberbes que van por ahí diciendo que son rockeros. Pringaos, esto es la enciclopedia ilustrada de como rockear como los mejores.
Cachis que no pude ir al concierto pero a lo mejor me quito la espina pronto...
Siempre es buen momento para ver caminar al hombre solitario hacia varsovia. Y si hay chance de quitarse la espinica, ¡avise usted. Gibs!
Publicar un comentario